El Interventor Municipal de 1905 da argumentos al Alcalde actual
Ante la pirueta del Instituto Cervantes de dar resonancia a las apetencias cervantinas de Alcázar de San Juan, cualquier alcalaíno ha de reconocer el acierto de nuestro alcalde. Su protesta ante la directora Carmen Caffarel ha sido oportuna y meritoria. Este es un tema tan antiguo que huele a viejo. A este respecto he rebuscado en los carcomidos arcones de mi moderno portátil y me he topado con el escrito publicado en El Heraldo de Madrid en febrero de 1905 por quien entonces era Contador-tesorero del Ayuntamiento de Alcalá, Don Eduardo Martín de la Cámara. Incorporado en febrero de 1900, vino a añadirse a la amplia lista de funcionarios que en esas fechas dieron realce intelectual y literario a la sociedad alcalaína de la época. Se enamoró tanto de la ciudad y de su historia que aquí casó, dando origen a una amplia y notable familia. Sobre todo se manifestó como un entusiasta cervantista y la mejor prueba es el artículo que he citado antes y que paso a transcribir:
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A propósito de una polémica
C E R V A N T E S
Natural de Alcalá de Henares
La atribución a la vieja Compluto de la natalidad de Miguel de Cervantes Saavedra, autor de Don Quijote, parecía cosa definitivamente resuelta después de lo que habían escrito el padre Haedo, Fernández de Navarrete, Sarmiento, Vicente de los Ríos, Iriarte, Bowle, Aribau, Pellicer, Asensio, Morán, Cerdá y Rico, Portilla, Capmany, Pérez Pastor, Maynez, y muchos más de autoridad reconocida.....
Miguel de Cervantes, autor del Quijote, alcalaíno; esto no tenía vuelta de hoja en diciembre de 1903 cuando el maestro Mariano de Cavia escribió su admirable artículo promoviendo la conmemoración del centenario.
Mas sigue el tiempo hilando sus horas, y la extinta leyenda de Alcázar de San Juan, desempolvada, resucita.... La parte contraria rechaza la partida de Alcalá porque, por errata, dice Carvantes en vez de Cervantes; sostiene que el Miguel de la misma partida es Rodrigo en abreviatura; y discute y niega otros muchos extremos de los que pueden favorecer la natalidad de Cervantes en la ciudad bañada, en la Galatea, por el "famoso Henares".
Como rebatir tantos argumentos es empresa para despacio, y enojosa tal vez para el lector, por el embrollo a que se prestan las citas y comentarios, voy sólo a desenvolver, en las menos palabras que acierte, esta pequeña tesis: "Cervantes, autor del Quijote, nació en Alcala de Henares, según se deduce de palabras indubitadas de dicho autor"
La argumentación que yo he de ofrecer no es nueva, pero no se ha extremado lo bastante. Si la brindo otra vez al lector es porque su fuerza irresistible y su claridad meridiana ponen la verdad al alcance del más páparo que se digne posar sus ojos sobre estas páginas.
Primeramente hemos de prevenir una colección completa de las Novelas Ejemplares; abrir de seguida el tomo, y leernos de corrido el prólogo que va al frente de ellas, después de la dedicatoria al Conde de Lemos. Cerca de su final hallaremos este cervantesco y luminoso párrafo: "Mi edad no está para burlarse con la otra vida, que al cincuenta y cinco de los años gano por nueve más y por la mano." Donde el menos despierto reconocerá que Cervantes confiesa tener en aquella sazón sesenta y cuatro años y un pico.
¿Cuando se escribió ese prólogo? Al terminarse la recopilación de las Novelas y mucho antes del 13 de julio de 1613, que lleva como fecha la aludida dedicatoria al de Lemos. Fernández de Navarrete – en su Vida- asegura que "Cervantes solicitó la impresión de las Novelas a mediado de 1612 y publicólas hacia fines del año siguiente". Ríos -en la suya, ampliada por Don Jerónimo Morán-sólo dice que "avanzaba ya el año 1613 cuando Cervantes ofreció al público doce cuentos de entretenida y provechosa lectura, bajo el título de Novelas Ejemplares". De 1613 es, ciertamente, la primera edición, publicada por Juan de la Cuesta.
De esto se deduce que antes de mediados de 1612 Miguel de Cervantes, autor del Quijote, escribía su prólogo para las Novelas, ese mismo prólogo en que declara ser su edad de sesenta y cuatro años y algo más.
Restemos ahora del año 1612 el 1547; la diferencia son sesenta y cinco, los años que hubiera tenido cumplidos Cervantes si, en vez de escribir su prólogo en el primer semestre de 1612, lo hubiera urdido después de octubre del mismo año. De donde se infiere que, haciendo Cervantes aquella declaración, solo pudo nacer en octubre de 1547, como reza la partida de Alcalá de Henares, que le da por bautizado en la capilla del Oidor de la Parroquia de Santa María, a los nueve días de los mes y año últimamente citados. Mientras que si hubiera nacido en Alcázar de San Juan en 1558, y recibido el primero de los sacramentos el 9 de noviembre – que dice la Partida alcazareña-, Cervantes, en 1612, al escribir el prólogo de las Novelas, sólo tendría cincuenta y tres años y un pico, los mismos que él hubiera confesado, seguramente con más gusto que los sesenta y cuatro largos en que frisaba su edad.
Tales manifestaciones de Cervantes corresponden, año más, año menos, con la declaración de su madre y hermanas cuando en julio de 1579, al entregar el dinero para su rescate, afirmaron que tenía treinta y tres años; con la cédula de rescate, fechada en Argel a 19 de septiembre de 1580, en que expresó-equivocándose, pero acercándose evidentemente a la partida de Alcalá- ser su edad de treinta y un años; y con la causa de Valladolid, en que Cervantes expuso ser más de cincuenta los años de su vida.
En cuanto al por la mano, en que, con nueve más, gana Cervantes al cincuenta y cinco de los años , claramente se advierte que el autor alude , mediante aquel juego retórico, a la diferencia que existe entre la fecha en que redactó el prólogo y la de su cumpleaños. Cervantes gana al cincuenta y cinco, porque tiene sesenta y cuatro y la ventaja (la mano) de hallarse cerca de los sesenta y cinco años cuando redactó el tan aludido prólogo.
En resolución, que:
<Cervantes, padre de Don Quijote, nació en Alcalá de Henares, según se deduce de palabras indubitadas de dicho autor>
Contra la argumentación expuesta sólo cabe negar lo innegable: que sean de una misma pluma Don Quijote y las Novelas ejemplares.
Con recta intención, sin ánimo de molestar, yo brindo mis humildes razones al lector desapasionado,y principalmente a todos aquellos que levantan pendones por Alcázar. Desde luego declina el firmante el honor de entrar en polémica, a favor de dos motivos; el primero, porque al cabo de los años parece extemporáneo traer a colación los textos escritos y documentos alumbrados por tantos cervantistas ilustres o doctas Corporaciones como quienes otorgan definitivamente a Alcalá de Henares la prez de ser la cuna del autor excelso; el segundo, porque él no es sino un cervantista de ocasión, ya que para tener la credencial se precisan muchos, muchísimos estudios.
Si yo me he permitido salir a la defensa de los derechos de la ciudad del Henares débese a que conservo vivo el recuerdo de la auténtica partida bautismal del creador del Quijote que he podido leer en los registros de Santa María la Mayor, con su papel lívido y sus revesadas letras pardas.
Si yo me he permitido salir a la defensa de los derechos de la ciudad del Henares débese a que conservo vivo el recuerdo de la auténtica partida bautismal del creador del Quijote que he podido leer en los registros de Santa María la Mayor, con su papel lívido y sus revesadas letras pardas.
E. Martín de la Cámara - Febrero de 1905
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