sábado, 27 de noviembre de 2010

Eduardo Martín de la Cámara (3)- Escritos y publicaciones 2ª Parte- y Final



Antes de proseguir con la exposición de las últimas publicaciones del autor que nos ocupa, hay que hacer referencia al trabajo realizado en colaboración con el bibliotecario y archivero Luis García Rives, quien en 1915 fue destinado al Archivo Central de la Administración de Alcalá. Fue éste un "Catálogo de Escritoras Españolas de los siglos XIX y XX", del que él mismo decía (26) "que será libro, y acaso merezca serlo, porque dice esfuerzo y aporta noticias vírgenes y curiosas".

No pudieron verlo editado, pero su manuscrito titulado "Catálogo bibliográfico de 1.856 escritoras españolas de los siglos XIX y XX" les reportó las dos mil pesetas, con que estaba dotado el premio para bibliografías, convocado en 1920 por la Biblioteca Nacional, y que se concedió a su trabajo (27). Este inédito manuscrito reposa en la Biblioteca Nacional (28).

 Pero sigamos. Fruto de su espíritu recopilador y de su afición a la poesía son las dos últimas antologías, consagradas a sus dos grandes amores, Cervantes y las Islas Filipinas.

La editorial Rivadeneira en 1922 (29), dentro de su colección de Ediciones Selectas, publicó el libro "Poesías de Miguel de Cervantes Saavedra. La más completa colección hasta el día. Ordenación y prólogo de Eduardo Martín de la Cámara". Está dedicado a "José Toral, muy gran poeta y novelista, de noble estirpe castellana", su buen amigo desde la época estudiantil en Manila (30).

Al calificar su prólogo de "galeato", ya nos indica, amén de su desmedida afición por los términos enrevesados y poco usuales, su voluntad de defenderse de las posibles opiniones adversas , pero "se sentiría pagadísimo con que la Antología diera sensación cabal de los subidos quilates poéticos del Manco sano".

Tras explicar las fuentes y origen de los versos seleccionados, critica que Cervantes, indiscutido prosista, no ha merecido igual unanimidad como poeta, pues él considera que fue "muy poeta; desde la Galatea hasta el Persiles, pasando por el Quijote, ¡tan poemático!,toda su obra vibra de poesía", y, para demostrarlo, detalla el valor en este aspecto de diversas obras cervantinas.

Admite que, como rimador, no llega siempre a sus modelos, Fray Luis, Herrera y, singularmente, Garcilaso; pero frente a quienes tienen a Cervantes por poeta premioso," de los de mucha lima ", considera que la facilidad es nota de la generalidad de sus versos, aunque tiene que reconocer que la fluidez, la sonoridad y la misma inspiración están en menor medida.

Por último, con la excusa de contentar a quienes no se adentrarían en los versos recopilados si "no nos metiéramos un poco con el Egregio Autor", aprovecha para señalarle achaques de poeta, como la reiteración de ciertos giros e imágenes, el abuso de las antonimias, publicar sonetos iguales e idénticas quintillas en diferentes obras, e incluso poner como propios dos versos de Garcilaso en la canción quijotesca del"hermano mancebo vestido a lo romano"y otros tres en la silva "A los éxtasis de la Beata Madre Teresa". Pero considera, en su jerga habitual, que son minucias, "tildes de que no están horros los más acaballerados de la grey".

En 1923 se publica su trabajo antológico más ambicioso y, más querido:"Parnaso Filipino. Antología de Poetas del Archipiélago Magallánico", editado por la Casa Editorial Maucci, en Barcelona. Es uno de los últimos "parnasos" que saca a la luz este editor. Más de veinte años llevaba dedicándose a impulsar la publicación de antologías que divulgasen la valía literaria de los escritores de los países recién independizados de España, frente a la posición colonialista que respecto a ellos había mantenido Menendez Pelayo en su "Antología de poetas hispanoamericanos. Madrid 1893-1895)". (31)

Los versos de cada autor van precedidos de una breve pero suficiente exposición de su vida y escritos.

En el prólogo, firmado en Alcalá de Henares, "ciudad abuela del ·Quijote" en septiembre de 1922, reconoce haber incluido, por exigencias del editor en cuanto al número de páginas, más poetas de los que merecían estar, y .nos advierte que los versos no son filipinos, no están escritos en ninguna de las treinta y tantas lenguas vernáculas, ni, en general, se inspiran en el solar filipino.

Los poetas son filipinos, pero los versos castellanos. Y eso es más de notar cuando esta creación poética se inicia con el comienzo de los movimientos independentistas , se mantiene en los primeros años de la república filipina y durante la guerra filipino-estadounidense, y crece después durante el dominio USA a pesar de la imposición lingüística del ingles. Esto le lleva a vaticinar, con más entusiasmo que acierto, la perdurabilidad del castellano en Filipinas por encima de las pretensiones de los invasores norteamericanos. Hoy se quedaría de piedra si por Internet entrara en la página filipina del Instituto Cervantes, toda en lengua inglesa.(32)

El que antes de 1898 los versificadores fueran contadísimos ( Atayde, Paterno, Rizal, Seva, Rábago) lo explica, de acuerdo con la opinión de Retana (33) en "dos motivos. la censura de imprenta , suficiente por sí sola para impedir el desarrollo de un arte que sólo germina en la libertad; y el desconocimiento del castellano por la mayoría de los filipinos natos, cuya propagación históricamente fue obstaculizada por los frailes ( con excepción de los jesuitas)".

La poesía filipina, a juicio de nuestro Eduardo, se gesta merced a la lucha por la libertad e independencia, en los cenáculos en que se hacía al mismo tiempo literatura y revolución, por lo que nace enfrentada a la Metrópoli, pero en castellano. Por esa enemistad, aún escribiendo en español, esquivan seguir los modelos de nuestros poetas, clásicos y modernos, y buscan beber de los simbolistas franceses y los modernistas hispanoa-americanos.

En cuanto a los temas de su inspiración, considera que en general se centran en cantos a la patria, a la nacionalidad , a la independencia y a sus héroes ( Rizal, Mabini, Jacinto o Bonifacio), con algunas alabanzas de lo aborigen. Pero pocas veces se inspiran en su solar; ni el paisaje les tienta ni plasman sensaciones de aquella prodigiosa Naturaleza.

De todos los allí recogidos sus preferencias van hacia Cecilio Apostol, "poeta elegante y lapidario en cuyos versos campa serenidad clásica", y sobre todo hacia Fernando Maria Guerrero "príncipe de los líricos filipinos, el exponente etnológico, el poeta malayo por excelencia, en quien vibra aquel alma tagala tan incomprendida, primitiva, melancólica, paciente, siempre opresa y nostálgica de libertad"

De algunos pocos va desgranando sus virtudes , para finalmente referirse a Rizal, "cuya soberana poesía  -Ultimo Adiós- ha recorrido el orbe". Afirma : "Rizal fue poeta, pero secundariamente. Su rasgo característico fue el de revolucionario, dentro de este amplio círculo están insertos el científico, el literato y el políglota. Cultivó todas las bellas artes, pero siempre con la obsesión de manumitir y dignificar a su patria"

El libro contiene una segunda parte, para recopilar unos cuantos poetas españoles que tuvieron arraigo en las Islas. En general es del parecer que en general su inspiración fue rastrera "metrificadores de versitos festivos, sin pretensiones ni trascendencia. Sólo salva a dos, Manuel Romero de Aquino y José García Collado, "vates verdaderos, aún bajo el yugo de la censura, habrían lucido como tales en cualquier mundo literario"

Y aquí pongo punto final a mi intromisión en el pasado de este español, filipino y complutense. Pero me voy a permitir un addendum a su Parnaso para que, junto a poetas filipino y españoles allí arraigados, figure también un poeta español de paso en esas Islas en 1915; me refiero al malagueño Salvador Rueda, quien dedicó al último reducto español en Filipinas, Ilo-Ilo, este precioso y oportuno soneto:

            Ilo Ilo, precioso, tu hilo quiero
            para, en la aguja azul de la poesía,
            ensartar la riente sedería
            de tus carretes de girar ligero.

            Como dedal me ajustaré un lucero
            y atada al bastidor mi fantasía,
            en dos colores donde el sol se ría
            he de tejer la tela que prefiero.

           Tela de oro por lo que ha costado,
           tela de sangre por lo que ha llorado,
           tela inmortal que replegada espera.

           Tus hilos me darás, Ciudad querida,
           ¡ Y en el lienzo sagrado de mi vida
           te bordaré la hispánica bandera !


Se me olvidaba indicar que el Parnaso filipino está en formato ebook,  descargable gratis en la página del proyecto Gutemberg siguiente http://www.gutenberg.org/
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(26) En el prólogo del libro "Cien sonetos de mujer", publicado por él en 1919, e ideado precisamente mientras elaboraba el Catálogo de Escritoras "a compás de su inteligente amigo y colaborador".

(27) Gaceta de Madrid, número 9, del 9 de enero de 1.921

(28) Nuestro ilustre convecino Julián Martín Abad lo relaciona, con las signaturas Mss. 21.086-21.088, entre los originales premiados en los concursos bibliográficos iniciados en 1.857, en su trabajo "Manuscritos bibliográficos de la Biblioteca Nacional·" incluido en la obra "Varia Bibliográphica. Homenaje a José Simón Díaz" 1987-

(29) Aunque Vicente Gaos, en la noticia bibliográfica que de este libro de Martín de la Cámara da en la edición de "Poesías completas de Cervantes" de 1981, le databa dubitativamente en 1923, Montero Reguera confirma la fecha que aquí doy, en "Cervantes"-1995- Centro de Estudios Cervantinos, pág, 63.

(30) José Toral y Sagrista, notario de Madrid, además de periodista, poeta y novelista, había nacido en Andújar el 21/1/1874 y murió en Madrid el 16/2/1935; de su posición republicana ha quedado constancia en el Centro de la Memoria Histórica, que guarda una carta suya de mayo del 1931 a Lerroux manifestándole su adhesión y expresando su deseo de ingresar en el Partido Republicano Popular. Su compañero de Derecho de la Universidad de Manila, Martín de la Cámara le incluyó en "El Parnaso Filipino", en el grupo de los poetas españoles vinculados vitalmente con las Islas , y puede leerse allí una breve reseña de su vida y de sus obras literarias.

(31) Este sentido reivindicativo de estas antologías editadas por Maucci ha sido estudiado por Leona Martín, de la Universidad de Susquehanna, en Pensilvania, USA, en "Entre la Antologia de poetas hispano-americanos de Marcelino Menendez Pelayo y los Parnasos de la Editorial Maucci: Reflejos del ocaso de la  hegemonía colonial".Puede leerse en http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v15/martin.html

(32) Le podría reconfortar el entusiasmo de esta página http://www.galeondemanila.org/ en favor de la lengua castellana.

(33) W.E. Retana "De la evolución de la Literatura Castellana en Filipinas-Los Poetas-", Madrid, 1909.



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