Pedro
P. Hinojos, en un bien informado artículo publicado en el Diario de
Alcalá conmemoró el 125 aniversario del Teatro Salón
Cervantes, el cine "grande" que se decía en mi época en
contraposición al "pequeño" de la Plaza. Su lectura me hizo recordar que, entre mis viejos papeles, tenía algunos datos
sobre la construcción de dicho teatro que podrían ser de interés.
El
actual Teatro Salón Cervantes se asienta en una porción de la finca
que fue de los Religiosos Capuchinos, que comprendía el edificio que
fue Convento en su calle de Santiago, sin número, con vuelta a la de la Tahona, más su huerta, noria y corrales; toda de una superficie de
4.242,11 metros cuadrados.
Dentro
del proceso de desamortización promovido por Mendizabal y en virtud
del Real-Decreto de 19 de febrero de 1836, este convento salió a
subasta pública, siendo rematado a Don Manuel Ángel Zurdo, vecino de
Madrid, a cuyo favor se adjudicó por escritura ante el notario de
Madrid Don Jacinto Gaona y Loeches el 3 de junio de 1843. Al
fallecimiento de éste la propiedad de esta finca pasó a Don Manuel
de Andoaga y Megía, quien la cedió posteriormente a Don Manuel
Vicente Muguiro y Don Rafael Muguiro. A la muerte de éste último se
adjudicó su mitad a Doña Micaela Gallo de Muguiro.
El
30 de noviembre de 1884 ambos propietarios, Don Manuel Vicente
Muguiro y Doña Micaela Gallo, vendieron la referida finca, por
25.000 pesetas, a Don Félix Huerta y Huerta, industrial, y a Don
Nicolás Fernández de las Heras, maestro alarife, quienes la
adquirieron por mitad y pro indiviso. En aquellas fechas lindaba, por
izquierda entrando con calle de Cervantes, antes de la Tahona,
derecha casa de Don Manuel Guillen y Hospital de Nuestra Señora de
la Misericordia, vulgo de Antezana, y espalda casa de Doña Fabiana
Calzada, Don Ramón Betder y Don Miguel Ángel Gallo Muguiro que
anteriormente fue de Don Miguel Mariano Gallo de Alcántara..
Un
grupo de notables alcalaínos asumieron la idea, al parecer promovida
por Don Félix Huerta, de construir un nuevo teatro en esos terrenos.
Los catorce promotores del Salón Cervantes fueron:
Félix
Huerta y Huerta
Bernabé
Estevez y Genovés, propietario
Juan
Goncer y Pérez Juana, comisario de guerra
Silvestre
Sánchez San Román, comerciante
Ricardo
Urrutia Onaldía,
Martín
Málaga Melero, vidriero
Jose´Gerónimo
Moreno y Molina, comerciante
Manuel
José de Laredo y Ordoño, Pintor de Historia
Francisco
Minguez Frutos, cerero
Vicente
Saldaña Goyoaga, comerciante de ferretería
Cipriano
Grima Manglano, propietario
Teodoro
Camino Alcobendas, brigadier del Ejercito,
Gabino
Frutos Gonzalez, maestro sastre, y
Antonio
Pérez Más, confiteroy propietario
Para
ello, conjuntamente compraron a Don Félix Huerta y a Don Nicolás
Fernández un solar segregado del antiguo Convento de Capuchinos de
1.015 metros y 38 centímetros cuadrados, con fachada principal a la
calle Cervantes, lateral derecha a calle Santiago, lateral izquierda
casa de Don Manuel Maruri y terrenos que se reservan los vendedores,
y por la espalda terrenos que también se reservan estos mismos.
La
compraventa se formalizó ante el notario Don Gregorio Azaña el 25
de agosto de 1888,y el precio de la misma se fijó en 15.604,50
pesetas, correspondiendo a cada uno de los catorce condueños una
parte alícuota de 1.114,60 pesetas; en ese momento se entregan
14.489,90 pesetas; las 1.114,60 restantes se dan por recibidas al
reservarse el Sr. Huerta una porción para sí. La operación fue
financiada por los Señores Estevez, Goncer, Sanchez, Huerta, Urrutia
y Málaga, quienes anticiparon el importe a pagar por la compra.
Este
préstamo devengaría un interés del 6% semestral y tendría que
solventarse en el plazo de cinco años, mediante los productos que,
en los cuatro primeros años, se obtuvieran de las nuevas
edificaciones que se hicieran en el solar, y si no fueran suficientes
el quinto año se haría el reparto o dividendo pasivo que pudiera
corresponder a cada condueño deudor. Además como garantía se pacta
una hipoteca voluntaria a favor de los señores
Estevez, Goncer, Sanchez, Urrutia, Huerta y Málaga.
Sobre
el solar edificaron los condueños un local destinado a teatro
compuesto tan sólo de planta baja y ocupando todo el solar, dotado
de los utensilios, aparatos, maquinaria y decoraciones necesarias
para su explotación.
Los
resultados de esta sociedad parece que fueron fructíferos al menos en
los primeros años de su funcionamiento. Por la testamentaría de
doña Concepción Azaña, viuda del condueño don José Gerónimo
Moreno, sabemos que la participación de dicho señor, que
inicialmente era de 1.114,60 pesetas, cuando fallece en 1.898, ya
era valorada en 7.000 pesetas, y en 1.903, al fallecimiento de su
viuda, el valor de esta participación se elevaba a 10.253 pesetas
según la última liquidación hecha por la “Sociedad Salón
Cervantes” por razón de utilidades no entregadas.
Y
después, ¿qué fue de esta Sociedad? Sería interesante conocer sus
vicisitudes hasta su extinción.
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