miércoles, 22 de mayo de 2013

La sociedad de condueños constructora del Salón Cervantes

Pedro P. Hinojos, en un bien informado artículo publicado en el Diario de Alcalá conmemoró el 125 aniversario del Teatro Salón Cervantes, el cine "grande" que se decía en mi época en contraposición al "pequeño" de la Plaza. Su lectura me hizo recordar que, entre mis viejos papeles, tenía algunos datos sobre la construcción de dicho teatro que podrían ser de interés.

El actual Teatro Salón Cervantes se asienta en una porción de la finca que fue de los Religiosos Capuchinos, que comprendía el edificio que fue Convento en su calle de Santiago, sin número, con vuelta a la de la Tahona, más su huerta, noria y corrales; toda de una superficie de 4.242,11 metros cuadrados.

Dentro del proceso de desamortización promovido por Mendizabal y en virtud del Real-Decreto de 19 de febrero de 1836, este convento salió a subasta pública, siendo rematado a Don Manuel Ángel Zurdo, vecino de Madrid, a cuyo favor se adjudicó por escritura ante el notario de Madrid Don Jacinto Gaona y Loeches el 3 de junio de 1843. Al fallecimiento de éste la propiedad de esta finca pasó a Don Manuel de Andoaga y Megía, quien la cedió posteriormente a Don Manuel Vicente Muguiro y Don Rafael Muguiro. A la muerte de éste último se adjudicó su mitad a Doña Micaela Gallo de Muguiro.

El 30 de noviembre de 1884 ambos propietarios, Don Manuel Vicente Muguiro y Doña Micaela Gallo, vendieron la referida finca, por 25.000 pesetas, a Don Félix Huerta y Huerta, industrial, y a Don Nicolás Fernández de las Heras, maestro alarife, quienes la adquirieron por mitad y pro indiviso. En aquellas fechas lindaba, por izquierda entrando con calle de Cervantes, antes de la Tahona, derecha casa de Don Manuel Guillen y Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia, vulgo de Antezana, y espalda casa de Doña Fabiana Calzada, Don Ramón Betder y Don Miguel Ángel Gallo Muguiro que anteriormente fue de Don Miguel Mariano Gallo de Alcántara..

Un grupo de notables alcalaínos asumieron la idea, al parecer promovida por Don Félix Huerta, de construir un nuevo teatro en esos terrenos. Los catorce promotores del Salón Cervantes fueron:

               Félix Huerta y Huerta
               Bernabé Estevez y Genovés, propietario
               Juan Goncer y Pérez Juana, comisario de guerra
               Silvestre Sánchez San Román, comerciante
               Ricardo Urrutia Onaldía,
               Martín Málaga Melero, vidriero
               Jose´Gerónimo Moreno y Molina, comerciante
               Manuel José de Laredo y Ordoño, Pintor de Historia
               Francisco Minguez Frutos, cerero
               Vicente Saldaña Goyoaga, comerciante de ferretería
               Cipriano Grima Manglano, propietario
               Teodoro Camino Alcobendas, brigadier del Ejercito,
               Gabino Frutos Gonzalez, maestro sastre, y
               Antonio Pérez Más, confiteroy propietario

Para ello, conjuntamente compraron a Don Félix Huerta y a Don Nicolás Fernández un solar segregado del antiguo Convento de Capuchinos de 1.015 metros y 38 centímetros cuadrados, con fachada principal a la calle Cervantes, lateral derecha a calle Santiago, lateral izquierda casa de Don Manuel Maruri y terrenos que se reservan los vendedores, y por la espalda terrenos que también se reservan estos mismos.

La compraventa se formalizó ante el notario Don Gregorio Azaña el 25 de agosto de 1888,y el precio de la misma se fijó en 15.604,50 pesetas, correspondiendo a cada uno de los catorce condueños una parte alícuota de 1.114,60 pesetas; en ese momento se entregan 14.489,90 pesetas; las 1.114,60 restantes se dan por recibidas al reservarse el Sr. Huerta una porción para sí. La operación fue financiada por los Señores Estevez, Goncer, Sanchez, Huerta, Urrutia y Málaga, quienes anticiparon el importe a pagar por la compra.

Este préstamo devengaría un interés del 6% semestral y tendría que solventarse en el plazo de cinco años, mediante los productos que, en los cuatro primeros años, se obtuvieran de las nuevas edificaciones que se hicieran en el solar, y si no fueran suficientes el quinto año se haría el reparto o dividendo pasivo que pudiera corresponder a cada condueño deudor. Además como garantía se pacta una hipoteca voluntaria a favor de los señores Estevez, Goncer, Sanchez, Urrutia, Huerta y Málaga.

Sobre el solar edificaron los condueños un local destinado a teatro compuesto tan sólo de planta baja y ocupando todo el solar, dotado de los utensilios, aparatos, maquinaria y decoraciones necesarias para su explotación.

Los resultados de esta sociedad parece que fueron fructíferos al menos en los primeros años de su funcionamiento. Por la testamentaría de doña Concepción Azaña, viuda del condueño don José Gerónimo Moreno, sabemos que la participación de dicho señor, que inicialmente era de 1.114,60 pesetas, cuando fallece en 1.898, ya era valorada en 7.000 pesetas, y en 1.903, al fallecimiento de su viuda, el valor de esta participación se elevaba a 10.253 pesetas según la última liquidación hecha por la “Sociedad Salón Cervantes” por razón de utilidades no entregadas.

Y después, ¿qué fue de esta Sociedad? Sería interesante conocer sus vicisitudes hasta su extinción.




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