Jacinto Hermúa y Sánchez
, militar perteneciente al Cuerpo de Administración y escritor (1),
con arraigo familiar en Alcalá -su padre fue socio fundador de la
Sociedad de Condueños de los edificios que fueron Universidad-, no
nació aquí sino en Madrid. Fue uno más de los numerosos habitantes
que no nacieron, sino que se hicieron alcalaínos, a fuerza de vivir
esta añeja ciudad, hasta asumirla como propia y, en consecuencia,
sentirse obligados a pregonarlo a los cuatro vientos..
"Yo no nací en
Alcalá, - contaba él mismo-
, sino en la capital de su provincia, pero aquí fui muy niño, dí
los primeros pasos en la senda de la vida, aprendí a pronunciar los
benditos nombres de mis padres, aquí he pasado la primavera de mi
vida y fue iniciado mi corazón juvenil en esas dulces impresiones
que trae el primer amor, aquí ejercí el primer cargo de mi carrera
y tuve la época más dichosa de mi vida." Y recordaba "los
felices tiempos en que correteábamos por el pintoresco paseo del
Val, tan lleno de recuerdos de los antiguos estudiantes de
tricornio y manteo, o en el del Chorrillo con sus perfiladas
calles de árboles, o jugábamos al marro en la plaza de San
Diego o a la pelota en el paredón izquierdo de la antigua
Universidad complutense".
"El amor que a
esa inolvidable ciudad profeso lo tienen bien sabido cuantos visitan
mi despacho, al ver que los dos únicos santos -así
los llamo yo-que se encuentran en él son dos excelentes grabados de
Alabern, los retratos del cardenal Ximenez de Cisneros
y de Miguel de Cervantes, sobre el lienzo de
pared trasera a mi sillón de trabajo",
De su veneración por
Cervantes y del conocimiento de su obra dejó constancia en la
publicación titulada "Cervantes, Administrador Militar",
que reproducía el texto de la conferencia que pronunció, el 19 de
junio de 1879, en la sesión extraordinaria del Cuerpo de
Administración Militar de ese año. Varias de sus página se ocupan
en cantar las excelencias de su querida Alcalá.
Y en
honor del otro de sus santos publicó el 30 de Noviembre de
1898, en la revista de la que era habitual colaborador "La
Ilustración Nacional", el emotivo artículo "Cisneros y
su Universidad", que está siendo objeto hoy de mi atención.
Las
expresiones de amor y exaltación arriba trascritas pertenecen a ese
trabajo. a cuya redacción se sintió motivado por el discurso del
eminente doctor Hernando y Espinosa (2) en la apertura del curso
académico de ese año en la Universidad Central, quien lo centró en
lo que debe la Universidad de Madrid a su alma mater, la
Complutense fundada por el Cardenal Cisneros. Y al impulso de aquella
emotiva disertación, con su artículo él pretende excitar a todos
los alcalaínos a que traten de llevar a cabo la idea que él lanza
aquí: que el próximo IV Centenario de
aquella célebre y primitiva Universidad se celebre con todo
esplendor en la antigua Complutum
"Todas esta
vehemencias de acendrado fervor antes expresadas han reverdecido ante
la historia de su Universidad y las grandezas de su fundador, tan
maravillosamente evocadas este año por el doctor Hernando en su
discurso del Paraninfo, y trasportan mi ánimo hacia los alcalaínos
para inculcaros mi idea de que la Universidad de Madrid debe honrar,
debe glorificar con fervoroso cariño, con efusión y con actos
demostrativos, el próximo IV centenario de la fundación de su alma
mater, la Universidad Complutense, esa joya esplendorosa de luz y
de saber que legó a la posteridad el gran Cardenal"
"Yo conozco, como
pocos, el entusiasmo y cariño que todos los alcalaínos tenéis por
vuestra patria nativa y estoy seguro que acariciáis la misma idea y
deseáis verla realizada, de forma que ese glorioso centenario, que
esa hermosa fiesta de las ciencias y de las artes se celebre en
vuestro Alcalá, en el mismo edificio con tanto ahinco y solicitud
fundado por Cisneros; ¡que así será como rinda el verdadero
culto y demuestre su filial cariño hacia su Alma Mater la hoy
Universidad Central"
Me
temo que no le hicieron mucho caso..
Como
yo también soy alcalaíno de adopción, me ha apetecido desempolvar
el bien intencionado escrito de este alcalaíno de corazón.
Y
para rematar transcribo este soneto del que es autor, y consagrado,
como no, a Cisneros:
ANTE EL SEPULCRO del Cardenal Cisneros
¡Oh ilustre monje! Tu sayal austero
Llegó a encubrir con varia y triste suerte
Al Cardenal preclaro, al sabio y fuerte
Político, al políglota, al guerrero
Tu que llegaste a izar pendón íbero
En Argel y en Orán; tu, que, ya inerte,
Viste, tras luchas de terror y muerte,
A tus plantas rendido el Islán fiero..
Tu, que domaste la soberbia altiva
De la inquieta nobleza, y que a la España
Supiste regentar, y con fe viva
Un trono sostener....¡Oh infame dolo!...
La ingratitud de un rey tu pecho daña,
Y..mueres triste.. desdeñado... y ¡solo!
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(1).- En "La Ilustración Nacional. Revista Literaria, Científica y Artística" editada por Arturo Zancada, fue asiduo colaborador. publicando numerosos artículos, así como cuentos y novelas cortas, e incluso varios poemas.
(2).-Don Benito Hernando y Espinosa, Doctor en Ciencias
Físico-Químicas (1868) y en Medicina (!870) por la Universidad de
Madrid, había nacido en Cañizar (Guadalajara) el 21 de marzo de
1846 y falleció en la capital de la Alcarria el 16 de julio de 1916.
Catedrático de Terapéutica primero en Granada , donde dejó gratos
recuerdos,y luego en la Central de Madrid, en la que consolidó su
fama de gran maestro, fue también Académico de la Real de Medicina.
Trabajador incansable, erudito y de amplísima cultura, buen
disertante y escritor cuidadoso del lenguaje, dejó una gran huella
en numerosos alumnos.
La mejor y más entrañable exposición de su vida y personalidad,
escrita por Don José Gómez Ocaña, puede leerse en los Anales de la
Real Academia de Medicina, Tomo XXXIX, 1919. pags 194-216,; :"Elogio
del Dr. Don Benito Hernando, leído en la sesión pública de la Real
Academia de 21 de junio de 1919".
"La Alhambra. Revista decenal de Letras. Artes y Bibliografía"
de Granada, en su número de 15 de octubre de 1898, contiene un
extenso y afectuoso artículo sobre las cualidades de quien fue su
convecino, con una reseña de las palabras pronunciadas en la
apertura del curso Académico, dirigidas a enaltecer la figura de
Cisneros y su obra universitaria.
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