SOBRE LA CASA NÚMERO CUATRO DE LA CALLE DE NEBRIJA, DE ALCALÁ DE HENARES
“In illo tempore”, que
diría un sabiondillo, o “en lo antiguo”, como se decía en los
documentos, esta casa perteneció al Colegio Mayor de San Ildefonso.
Y en tales manos estuvo desde principio del siglo XVI hasta la
desamortización de Godoy, bajo el reinado de Carlos IV, No tengo
información de quiénes la habitaron durante ese periodo.
Previsiblemente sería personal ligado de una u otra forma al Colegio
o Universidad de Alcalá. Durante los años que los sucesores de
Brocar tuvieron su imprenta en la casa de al lado, la número 2,
quizás esta casa les sirvió de apoyo a su actividad.
En el plano publicado por
Gonzalez Navarro figura esta casa, junto a la “casa de la imprenta”
como “otra casa del Colegio”. En el documento por el que el Colegio cede una casa para imprenta a Francisca de Angulo, viuda de Juan el hijo de Arnao Guillen Brocar, se hacía esta descripción al situarla: “por detrás la
cerca de la villa e un callejón que queda entre otra casa
del Colegio y esta casa que le dan” (1)
Pues bien, esta casa se
enajenó en público remate, el 17 de noviembre de 1798, con
arreglo a las órdenes derivadas de la desamortización de Godoy,
adjudicándose por la cuantía de 18.180 reales a Don Valentín
Gonzalez, quien hizo retrocesión formal de ella en favor de Don
Juan de Mata Pérez, presbítero, del Gremio y Claustro de la
Real Universidad, el que aceptó y verificó el pago de esta
cantidad. A su muerte en junio de 1816, pasó a ser propiedad de su
heredero Don Pedro Pérez, vecino de Alovera.
El 31 de octubre de 1817
Don Pedro Pérez vendió la casa,”que linda al mediodía con la
calle del Horno Quemado, oriente con casa de Don Angel Juste conocida
por el horno quemado, poniente casa de herederos de Don Julián
Alarcón, y norte con otra que fué Hospital de Estudiantes”, a
Patricio Majuelo de esta ciudad por 13.000 reales, de
los que pagó en el acto 3.000 y la demás suma se aplazó.
Pero esta venta se hizo con
una curiosa servidumbre, con la condición expresa de “que
el indicado Pedro, su mujer Antonina López y su hija Josefa, ya
juntos o cada uno de por sí, siempre que vinieren a esta ciudad y
les acomodase, habían de poder residir y habitar en la sala, alcoba
y cocina altas de dicha casa que están a la derecha conforme se sube
la escalera, e igualmente habían de tener entrada libre por el
corredor de la indicada sala y la cuadra de la misma casa para poner
en ella una o dos caballerías, y en todas las cinco oficinas sin que
se les pudiera impedir usar de ellas”.
Patricio Majuelo había
comprado a buen precio y con buenas condiciones de pago, pero él y
sus hijos , durante los años que vivieron en esta casa, tuvieron el
incordio de que a los Pérez de Alovera les diera por venir a Alcalá.
Cuando muere Patricio
Majuelo heredan la casa sus hijos Antonino, Valentina y Florentina
Majuelo, El 6 de enero de 1847 Cosme Diaz, marido de Valentina
y con poder de los otros dos propietarios, vende esta finca a Don
José Matilla por sólo 5.000 reales, dado el mal estado de
conservación, haciendo constar que ha cesado la servidumbre por
haber fallecido ya Pedro Pérez, su mujer y su hija Josefa.
El
día 9
de julio de 1.850 Don Joaquín Gómez de la Cortina, Marqués de
Morante
compró
la casa a Don
José Matilla,, libre de toda carga
y gravámen por once
mil reales que le entregó en
monedas de oro y plata. Desde 1844 este Marqiés era propietario del
edificio que fue Hospital de Estudiantes en la Plazuela de Santiago y
que él había convertido en su casa-palacio, donde esporádicamente
residía. Esta casa le sería muy útil como casa auxiliar, puesto
que lindaba con la zona sur de su jardín y con el callejón de su
propiedad por el que tenía salida a la calle Nebrija. Además
serviría para que residan en ella quienes atienden la buena marcha
de su casa de recreo como eficientes amas de llaves, las hermanas
Mariana y Bibiana Mariño y Arroyo, personas de su total confianza,
pues son hermanas de su amigo desde la época de estudiante en
Alcalá, Victoriano Mariño, Secretario General de la Universidad de
Madrid durante gran parte del siglo XIX.
El
día 19 de junio de 1868 fallece en su casa del nº 82 de la
calle de Fuencarral de Madrid Don Joaquín Gómez de la Cortina y la
propiedad de esta casa recae en su heredero Don Carlos García de
Tejada y Abaurrea, quien luego sería el segundo Marqués de
Morante, pero sólo la mera propiedad, puesto que el usufructo
vitalicio lo había legado a sus amigas Doña Bibiana y Doña Mariana
Mariño, libres de contribución y de todo gasto de reparación u
otro semejante, además de 20.000 reales de una sola vez,
“encargándoles me encomienden a Dios”
Al
haber premuerto una de las legatarias, Doña Mariana, pues había
fallecido el 7 de enero de 1868, se abonó el total metálico dejado,
es decir, 20.000 reales a Doña Bibiana, y se le adjudicó el
usufructo vitalicio de la casa número cuatro de la calle de Horno
Quemado, hoy de Nebrija, libre de todo gasto. Se valoró en 26,000
reales, es decir 6.500 pesetas.
Las
medidas y linderos de la casa, de acuerdo con la descripción y
mediciones hechos por un tal Juan María Molinero el 14 de febrero de
1872, y que son también las que constan en la inscripción del
usufructo efectuada el 11 de abril del mismo año(inscripción 1ª),
son:
“Casa
señalada con el número cuatro de la calle de Horno Quemado, hoy de
Nebrija; compuesta de planta baja y principal, con su correspondiente
patio; tiene de fachada a la calle de Nebrija diez y seis metros
doscientos veintinueve milímetros (16,229 m); la medianería de la
derecha mide diez y seis metros ochocientos cincuenta y siete
milímetros (16,857 m); la de la izquierda tiene diez y seis metros
setecientos diez y ocho milímetros (16,718 m); y la línea de
testero que cierra el sitio mide quince metros setecientos cuarenta y
un milímetros (15,741 m); las cuatro líneas forman un cuadrilátero
bastante regular cuya superficie es de tres mil cuatrocientos sesenta
y cinco pies y seis pulgadas, equivalente a doscientos sesenta y
nueve metros y dos milímetros cuadrados ( 269,2 m2); sobre esta
superficie está construida la casa, y linda al Mediodía o sea al
frente dicha calle de Nebrija, al Saliente o derecha entrando con la
casa propia de Doña María Salmón Pérez, por la izquierda que es
Poniente con casa de los herederos de Don Rafael Póo, y por el
testero que está al Norte con la casa Palacio propia del
Excelentísimo Señor Marqués de Morante.”
El
heredero de Don Joaquin Gómez de la Cortina y Segundo Marques de
Morante, Don Carlos García de Abaurrea falleció en su
habitación de la calle de Fuencarral, 82, el
2 de diciembre de 1872,
estando casado con la Marquesa de los Arenales, Doña María de las
Mercedes Heredia y Zafra y sin descendencia de este matrimonio.
Fueron pues sus herederos sus hermanos Eduardo, Joaquín y María
Dolores García de Tejada y Abaurrea. No obstante Don Carlos hizo
algunos legados a favor de los hijos que tenía su mujer de un
matrimonio anterior.
Por
lo que nos interesa legó a su hija política la señorita María
Montserrat Osorio y Heredia en propiedad y usufructo la casa
Palacio que a este Marques correspondió en la ciudad de Alcalá de
Henares por herencia del anterior señor Marqués, con todos los
efectos, enseres y existencias que se encuentran en la misma,
comprendiendo en dicho legado la casita accesoria al Palacio
que en el mismo punto le perteneció..
En
su virtud correspondió a dicha señorita la mera propiedad de la
casa de la calle Nebrija, antes de Horno Quemado, nº 4, poes el
usufructo vitalicio, como hemos visto, pertenecía a Doña Bibiana
Mariño y Arroyo, y allí siguió residiendo Doña Bibiana hasta su
muerte que tuvo lugar el 10 de abril de 1891. momento en que Doña
María Montserrat Osorio y Heredia pasa a tener ya la plena
propiedad de esta casa..
El
29 de febrero de 1892
Don José
Gerónimo Moreno Molina
compra dicha
finca a la señora Osorio y Heredia asistida por su marido el Marqués de Navamorcuende por dos
mil quinientas pesetas (10.000
reales) .
Don
José Gerónimo Moreno Molina, falleció
el 21 de julio de 1.898,
y hechas las operaciones particionales, se adjudicó a su viuda Doña
Concepción Azaña Garrido,
además de otros bienes y otras cincuenta y ocho fincas más, la casa
situada en esta ciudad y su calle de Horno Quemado, hoy Nebrija,
señalada con el número 4, cuya descripción es la conocida. La casa
se valoró en
siete mil pesetas (28.000
reales- buena
subida, quizas se hicieron obras de reforma).
Doña
Concepción Azaña y Garrido falleció el 2
de abril de 1.903,pasando la propiedad
de esta casa a su única hija y heredera Doña
Antonia Moreno y Azaña,. Su marido
Don Miguel Atilano Casado y Moreno
estableció
en esta finca la dirección y
administración del periódico La Voz del Distrito que promovió en
1914 para apoyar su candidatura a diputado por el Distrito de Alcala.
Entre
finales del siglo XIX y principio del siguiente esta casa fue
reformada y se efectuaron algunos cambios esenciales, obras que debieron llevarse a cabo bien en los
últimos años de Gerónimo Moreno o ya en la epoca que la gestión
la llevaba Miguel Atilano; en todo caso tuvo que ser cuando ya toda
la zona pertenecía a un mismo propietario.
La
casa de la que venimos hablando se adaptó para alquilarla al menos a
dos familias. Se abrió otra puerta en la fachada para entrada al
piso principal, quedando la anterior para acceder al piso bajo. El
patio perdió casi la mitad al edificarse una nave que pasó a
ser almacén para uso de la casa palacio; el resto del patio se
dividió en dos pequeños, uno para el piso bajo y el otro para el
principal. Se cerró el acceso que antes existía para salir por el callejón a la calle Nebrija, convirtiendo el último tramo de dicho
callejón en una habitación, que se añadía como una habitación
más a las de la planta baja del número cuatro, aunque físicamente
ocupaba una parte del solar de la finca número 2. Parece que los propietarios
decidieron sacar provecho de un espacio (el callejón) que ya no les
era útil.
´
Al fondo ventana dormitorio |
El
2 de julio de 1989 falleció don José Casado Moreno quien había
heredado esta casa de su madre Antonia Moreno Azaña. Los siguientes
propietarios son los hermanos José, Eduardo y Miguel Casado Martin
de la Cámara. Estos ponen en venta esta finca y ofrecen la compra
de la planta baja a mis cuñados.
Justo
es decir que el Ayuntamiento ha podido abrir de nuevo el callejón
del Horno Quemado gracias a los cambios negociados previamente por mis cuñados. Si ellos hubieran comprado la planta tal como se la
ofrecían y estaba, es decir, con la habitación dormitorio que fue de mis
suegros incrustada en la finca del número 2, no hubiera podido
abrirse este pasadizo, al menos con la facilidad que luego se pudo
hacer. A mis cuñados no les gustaba esta distribución, querían más patio
y ofrecieron ceder la habitación dormitorio a cambio de la parte de
patio ocupada por la nave que usaba la casa palacio.
Aceptada
esta modificación, cuando el 26 de junio de 1896 se formaliza la
escritura de compra, la vivienda que se adquiere responde exactamente
a las mediciones de 1872, con el patio en toda su extensión y sin
que exista ninguna habitación fuera de los limites de la fachada de
la finca.
Y
así están las cosas ahora, más o menos. De los rumores y leyendas
que circularon en relación con esta casa, sobre todo en los años
que la habitaron las hermanas Mariño, no ha llegado nada a mis
oídos. Así que nada puedo contar.
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(1).-Del artículo que
Ramón Gonzalez Navarro publicó en “Puerta de Madrid” del 12 de
julio de 2014, bajo el título “La interminable sangría del
Patrimonio Histórico Complutense”.